Léase Génesis 1.28-31
Cada mañana se renuevan sus bondades; ¡muy grande es su fidelidad!-Lamentaciones 3.2223 (NVI)
ABRÍ las persianas de la habitación de abuela esperando que entrara más luz. Ella olvidaba abrirlas. Desde que la movieron a la unidad para pacientes con senilidad en el asilo, se ha tornado más olvidadiza. Fue triste verla deteriorarse.
Un día nos sentamos junto a su mesa, colocando las piezas de un rompecabezas. Le había traído flores, y cada vez que ella alzaba la vista veía las flores como si las viera por primera vez, y me preguntaba quién las había traído. Cuando la ví alzar la vista del rompecabezas una vez más, me preparé para controlar la molestia por la pregunta que esperaba.
«¡Bueno, mira lo que alguien trajo!», dijo abuela, sorprendida. Después añadió: «¡Qué día tan hermoso!».
Me sorprendí. Abuela había recordado algo que yo había olvidado: la belleza de la creación de Dios. Lo que había visto anteriormente como triste, ahora lo ví como maravilloso: una mujer viendo las cosas con nuevos ojos, ojos que no toman por sentado lo «común». Abuela me reveló el Dios que se mueve en esos rincones que pensamos vacíos, así como en la luz, bendiciéndonos a todos/as.
Sa. Callie Smith (Indiana, EUA)
Oración:
Muéstranos, oh Dios, cómo vivir en tu luz, aún en los lugares oscuros. En el nombre de Jesús oramos. Amén.
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