(por el pastor Joel Bethancourt)
En los funerales se escuchan por lo general cosas
buenas y maravillosas sobre los fallecidos, pero en el funeral de un ¨cristiano
de la secreta¨ sus familiares se pusieron de pie y tomaron la palabra, ya que
no querían ser ¨hipócritas¨ hablando y escuchando mentiras sobre lo ¨buen
cristiano¨ que era. Esto fue lo que
dijeron sobre él:
-Nunca cultivó un interés por los asuntos de Dios,
sino que estaba interesado en que Dios le resolviera sus asuntos.
-Nunca le escucharon cantar una alabanza a Dios en
su casa, pues limitaba su ¨adoración¨ a Dios a los Domingos.
-Nunca se congregó en su iglesia un Domingo cuando
había algo ¨más divertido¨ que hacer, ni en los días lluviosos.
-Nunca hablaba de Cristo a otros, pues entendía
que Dios tiene su manera de acercar las personas a El.
-Nunca anduvo físicamente con una Biblia, sino con
una aplicación en su celular o IPAD, pues le daba vergüenza que lo vieran con
ella sus amigos y vecinos.
-Nunca escuchó radio cristiana, pues quería estar
más ¨in¨ con sus amigos al escuchar música secular.
-Nunca pudo consolar o aconsejar a algún amigo o
amiga con la Biblia, ya que ni la leía ni la conocía.
-Nunca se le vio orando en su casa de rodillas en
su habitación y mucho menos en público, aunque muchas veces pedía oración a
otros.
-Nunca leyó algún libro cristiano, sino siempre
libros seculares de auto-ayuda y novelas, entre otros.
-Nunca le interesó alguna joven cristiana, sino
siempre las ¨jevitas¨ no cristianas.
-Nunca diezmó, pues siempre encontró mucho el
darle a Dios lo que le correspondía de sus ingresos. Tampoco pudo comprender como otras personas
daban ofrenda (es decir, más allá de su diezmo) para Dios.
-Nunca ayunó, pues pensó siempre primero en su
estómago.
-Nunca realizó alguna obra social con su iglesia o
algún ministerio, pero no se perdía las ¨actividades sociales¨ con sus amigos y
familiares.
-Nunca bebió café, pero visitó casi todos los ¨cafés¨ y ¨bares¨ de la capital.
-Nunca pensó en los pobres, sino en cómo
enriquecerse.
-Nunca fue servicial, sino que quiso que otros le
sirvieran.
-Nunca invitó a algún amigo a su iglesia, para que
no creyeran que él era un fanático.
-Nunca buscó la voluntad de Dios para su vida, ni
andar en obediencia a Él.
En conclusión, su familia declaró
que nunca fue de ejemplo ni de buen testimonio para ellos, ni para sus amigos y
vecinos.
(Nota: Esta historia es
ficticia, pero las consecuencias de vivir un estilo de vida semejante serán muy
reales cuando un ¨cristiano de la secreta¨ tenga que presentarse ante Dios).