Sería bueno
preguntarse ¿qué ha hecho el ser humano para merecer la misericordia de Dios?,
aparte de desobedecer su palabra, el ser humano no ha hecho nada para alcanzar
la misericordia de Dios.
Pensemos en cómo
a menudo pecamos contra Dios y, aun así, tenemos el beneficio de su
misericordia y podemos contar con su gracia.
Pero, ¿cómo nos
sentimos cuando alguien importante nos toma en cuenta? ¿Y más aún si no lo
merecemos?
2 Samuel 9: 5-8
5
Entonces envió el rey David, y le trajo de la casa de Maquir hijo de
Amiel, de Lodebar.
6
Y vino Mefi-boset, hijo de Jonatán hijo de Saúl, a David, y se postró
sobre su rostro e hizo reverencia. Y dijo David: Mefi-boset. Y él respondió: He
aquí tu siervo.
7
Y le dijo David: No tengas temor, porque yo a la verdad haré contigo
misericordia por amor de Jonatán tu padre, y te devolveré todas las tierras de
Saúl tu padre; y tú comerás siempre a mi mesa.
8
Y él inclinándose, dijo: ¿Quién es tu siervo, para que mires a un perro
muerto como yo?
Pongamos atención
al versículo ocho en donde la pregunta en sí no es lo importante, sino, el sentimiento
que esta envuelve por reconocer que la bondad que le ha sido entregada no es
merecida.
Pero no podemos
concluir ahí, veamos una situación parecida con el mismo rey David:
Salmo 8:4
Digo:
¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria,
Y el hijo del hombre, para que lo
visites?
Al momento de
que David elaborara esta adoración a Dios, ya David contaba con muchos méritos
delante de los hombres, los cuales pudieran hacer que cualquiera se vanaglorie
de ellos e intente creer que sí es merecedor de la atención de Dios y de su
favor, cuidémonos de esto.
Aunque suene un
poco fuerte debemos recordar la soberanía de Dios y que Dios siempre tiene el
control de lo que pasa, por esta razón el reconocer que sólo somos vasos que
Dios utiliza seria una mejor postura.
La pregunta ¿Qué
es el hombre? También la podríamos
formular : ¿quién soy yo?, o ¿qué he
hecho para merecer la misericordia de Dios y su favor - a caso no he pecado lo suficiente como para
que Dios se aparte de mí y me entregue a mi pecado?
Pero como no es
así, podemos encontrar la respuesta a estas preguntas en la primera página de
la Biblia, en la creación podemos ver que Dios creó todo con un objetivo muy
claro y para esto todo fue creado con cierto orden.
1er día: La Luz (Gn. 1:3-5)
2do día: El Cielo (Gn. 1:6-8)
3er día: Los mares y la tierra seca, plantas y árboles
(Gn.1: 9-13)
(Gn.1: 9-13)
4to día: El sol, la luna y las estrellas (Gn.
1: 14-19)
5to día: Los peces y las aves (Gn. 1:20-23)
6to día: Los
animales de la tierra y finalmente al hombre
(Gn. 1:24-31)
(Gn. 1:24-31)
Podemos ver que
Dios preparó toda la creación para recibir al hombre, para que de esta manera cualquier necesidad
del hombre pudiera suplirse.
Incluso en la
misma creación podemos ver el valor del hombre para Dios, pues no fue creado de
la manera que se crearon todas las cosas. Claro que Dios tiene el poder para crear al
hombre con tan solo decir: ¨sea el hombre¨ pero Dios optó por crear al hombre
de una manera especial al involucrar todo su ser en esta creación (Gn. 2:7),
podemos apreciar que Dios puso de El en nosotros.
En conclusión,
el ser humano es para Dios la creación más amada, tanto así que dió a su Hijo
unigénito para que seamos salvos.
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