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domingo, 24 de marzo de 2013
La Cruz
La Cruz (por: Lindsay Terry)
De todos los métodos de ejecución, en los que los Romanos eran expertos, pocos fueron tan torturantes y atrozmente dolorosos como la crucifixión.
La muerte en la cruz estaba planeada para ser lenta. Como no afectaba ningún órgano vital, se volvía una agonía interminable hasta la muerte. Los soldados azotaban a la víctima con un látigo y luego la obligaban a llevar el madero de la cruz hasta el sitio de la ejecución. Colgado en la cruz por horas, el cuerpo soportaba tal presión, que la respiración se volvía difícil y a veces sobrevenía la asfixia o un paro cardíaco. Otras veces, la persona permanecía viva durante días, colgando, y cuando finalmente la muerte llegaba, era un alivio.
Fue hasta el año 337, D.C., cuando la crucifixión fue prohibída en Roma por el primer emperador Cristiano, Constantino El Grande. Antes de eso, miles fueron torturados en la cruz, incluído uno llamado Jesús el Cristo. Cabe hacer notar que fue por reverencia a este mismo Jesús, que Constantino erradicó tres siglos después, este tipo de ejecución.
Cuando Jesús fue crucificado, voluntariamente llevó a la cruz la culpa de los pecados de usted y los míos, y al acercarse la muerte, el Hijo de Dios exclamó con toda la fuerza que aún tenía: "¡Consumado es!" ¿Qué significa "Consumado es"? Significa que no se necesita derramar más sangre. Ya no sería necesario sacrificar corderos inocentes, como se hacia en tiempos del Antiguo Testamento, para expiar los pecados de los hombres. El derramamiento de sangre había terminado; ¡nuestra salvación estaba totalmente pagada!
Hace tiempo, un predicador famoso lo explicó de la siguiente manera: Así como cuando la sangre Divina de Jesús se deslizó de la brutal cruz Romana hacia la arena, así fue como la arena murmuró a una brizna de hierba diciéndole, "¡Consumado es!" Inclinándose la brizna de hierba sobre un árbol le dijo, "¡Consumado es!" El árbol por medio de todo su follaje le gritó a un águila, ¡Consumado es! El águila elevándose alto, muy alto, exclamó a toda la tierra, "¡CONSUMADO ES!" Y así fue. ¡Estaba consumado! Mis pecados y los de usted fueron pagados con la sangre preciosa de Cristo.
Aunque otros miles de hombres fueron también crucificados, sólo la crucifixión del Hijo de Dios, limpio de todo pecado, mereció ser parte del plan de Dios para la salvación del hombre. La cruz debe recordarnos siempre de la bondad de Dios hacia nosotros, que permitió que Su Hijo muriera de esa manera, y especialmente en nuestro lugar.
Y el único motivo de todo esto es...USTED. Jesús dió su vida por USTED...y por mí. Y ahora tenemos la responsabilidad, usted y yo, de aceptar o rechazar la oferta que Dios nos hace de limpiarnos de todo pecado.
Lo que hace única y maravillosa la crucifixión de Cristo, es que aunque fue bajado de la cruz y sepultado en una tumba sellada, después de tres dias, ¡SE LEVANTO DE LOS MUERTOS! Ahora vive para siempre y es nuestro Señor y Salvador. Así fue como quedó completo el plan de Dios para nuestra salvación.
Aunque Jesús pagó por el precio de sus pecados y los míos, El hace fácil para nosotros el conocerle personalmente y ser salvos. Nosotros somos los pecadores; El es el sacrificado. Es de nosotros el problema; El es el proveedor. De acuerdo con la Biblia, este es el plan de Dios para la salvación suya y mía.
Primero, admita que está usted perdido y necesita un Salvador. "Ciertamente no hay hombre justo en la tierra, que haga el bien y nunca peque." - Eclesiastés 7:20
"Por cuanto todos pecaron y están destituídos de la gloria de Dios" - Romanos 3:23
Segundo, acepte que sus pecados merecen un severo castigo.
"Antes, sí no os arrepentís, todos pereceréis igualmente" - Lucas 13:3
"Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron" - Romanos 5:12
Tercero, reconozca que Dios proveyó un camino para que usted sea salvo.
"Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna." - Juan 3:16
"Se humilló a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz." - Filipenses 2:8
Cuarto, acepte el plan de Dios para su salvación...hoy mismo.
"Por lo cual puede (Jesús) también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos." - Hebreos 7:25
"Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dió potestad de ser hechos hijos de Dios." - Juan 1:12
Lea varias veces la siguiente oración y luego dígala con toda sinceridad, recibiendo a Cristo como su Salvador. Al hacerlo, Dios perdonará sus pecados y le tomará como hijo.
Querido Señor Jesús, yo confieso que soy pecador y necesito ser salvado. Creo que tú moriste en la cruz para pagar mi deuda. Por favor perdona mis pecados, ven a mi corazón y salva mi alma. Yo te entrego mi vida Señor Jesús. Ayúdame a vivir para tí, de ahora en adelante. Amén.
Tomado de: http://www.crossway.org/tracts/the-cross-spanish-2878/
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