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miércoles, 12 de noviembre de 2008

Predica del Domingo 10 de noviembre 2008

Juan B. Fuertes Piantini


1 Corintios 12:4-30

4-7, 12-22, 25-30

La semana pasada, quizás muchos no se dieron cuenta, pero nos falto algo, aparentemente sencillo, pero era algo a lo que estamos acostumbrándonos y aun así quizás no nos dimos cuenta y esto me dejó pensando mucho, pensaba en la importancia de la iglesia, pero no tan solo de nuestra planta física, sino de la iglesia en sí que somos nosotros, todos y cada unos de nosotros que formamos parte importante de esta comunidad.

Rosina y Antonio se fueron a España, a continuar con sus estudios por un periodo de 9 meses a un año. Antonio era el encargado del Ministerio de Multimedia, que no es más que el que se encarga de las proyecciónes en la pantalla, verificar que todo esté bien en este sentido, que no falte sonido en esta area, que se vea bien lo que se proyecta, que se vea, que no falle la computadora y esas cosas. Pues el domingo pasado tuvimos al principio proyección de las canciones, pero luego que pasamos a la clase de Escuela dominical comenzaron los problemas, se apagó la computadora que estaba sirviendo para la proyección de la escuela dominical, 2 veces, era por una sencillez (falta de un cable de electricidad), no es por idolatría pero a Antonio no le hubiera pasado eso, de hecho no necesitamos que nadie ayudara un poco más con la computadora, por la tecnología de vanguardia que trajo Georgina, pero también hubiese sido otro asunto porque preocuparse, luego pasamos al mensaje principal, entonces ahí si faltaron las proyecciones de las canciones, cuando quisimos venir a ponerlas ya se había terminado la canción, no valió el esfuerzo.

Pero mi pregunta es ¿Nos dimos cuenta de algo de esto? ¿Alguien (además de Ligia) se sintió que le faltaba un miembro de su familia? ¿Alguien sintió que le faltaba la mano izquierda? ¿Alguien se sintió diferente o dolido por la falta de uno de sus miembros? ¿Conoces realmente tu función en la Iglesia o en el Cuerpo de Cristo? ¿Entiendes para que fuiste llamado? ¿Sabes qué importancia tienes para Cristo? ¿Sabes que él tiene trabajo para ti también?

Algunos venimos nos sentamos y hasta que nuestra ayuda no es requerida, si alguna vez ocurriere esto, nos quedamos sentados en el mismo lugar, hasta pensando ¿Qué hago aquí realmente? ¿Necesito estar aquí? ¿Me necesitan verdaderamente aquí? Por eso pienso que el Señor movió mi corazón a traer nuevamente a este pulpito versículos que han sido tratados en más de una ocasión.

Un Mensaje de Unidad

I. Entender Nuestro Propósito v 4-7

En los primeros versículos (4-7) la palabra de Dios nos dice que dentro del quehacer cristiano tenemos muchos dones, hay muchas cosas en las que podemos desarrollarnos, no tan solo eso, sino que hay dones especiales para cada uno de nosotros y que todos provienen del mismo Espíritu, del mismo Dios, no es que somos buenos en lo que hacemos en nuestra vidas cotidianas o en la Iglesia porque eso es lo que sabemos hacer y eso es lo que hacemos bien. No, lo hacemos bien y eso es lo que sabemos hacer porque Dios nos hace buenos en lo que no desenvolvemos, porque es el Señor quien nos guía a donde quiere que vayamos, porque es el Señor el que nos da las habilidades y nos permite desarrollarlas.

De otra manera sería un tiempo perdido, sería trabajar en algo en lo que no somos buenos, es nadar contra la corriente, es perder la perspectiva, es seguir desorientados de nuestro propósito en la vida.

V7 dice ¨Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho¨, no es para que nos quedemos sentados, tenemos un regalo de Dios y es para que le saquemos provecho.

II. Unidos por el mismo Espíritu 12-22

No importa de dónde el Señor nos ha sacado, no importa lo que hacíamos, el hecho es que cuando somos rescatados por Cristo pasamos a formar parte indispensable de su cuerpo, una parte por la cual hacen fiesta en los cielos cuando es restaurada, limpiada, sanada y salva. Eso somos para el Señor, alegría en su corazón, por eso nos impone nuestros dones en lo inmediato, no para esperar a ver cuando lo vamos a utilizar, no es para que se enfríen o para que nunca nos enteremos que los tenemos, es para que nos unamos a su lucha y formemos parte activa de su cuerpo, de su iglesia.

1Timoteo 4:12 ¨Ninguno tenga en poco tu juventud…¨ Nuestra juventud espiritual, poco o mucho tiempo en el Evangelio no debe ser algo que nos aparte de cuerpo de Cristo, cuando venimos a los pies del Señor tenemos nuevos bríos, los cuales hay que aprovechar, quizás no tanto conocimiento, pero si muchas fuerzas que bien canalizadas podrían llevarnos a ser parte primordial, esencial y necesaria en el cuerpo de Cristo. Esto es lo que él desea.

Si comenzamos a afirmar, como el v 14 en adelante, Por qué no soy pastor no soy de la iglesia, Porque no soy maestro no soy de la Iglesia, porque no soy diacono no soy de la Iglesia, porque no soy líder no soy de la Iglesia. Que sería de la Iglesia si todos fueramos pastores, ¿Dónde estarían las ovejas que cuidar? O que desperdicio que haya tantos pastores y pastoras aquí sentados con tantas personas necesitadas de la dirección de Dios.

Quizás usted cree que no tiene importancia su presencia en esta Iglesia, quizás eso es lo que le hemos demostrado, quizás usted no ha visto disposición de nuestra parte en buscarle un oficio, lo cual me atrevo a asegurar que no es verdad, pero debemos entender: V(18) Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.

Dios nos ha dado nuestra posición en el cuerpo, falta que nosotros ejercitemos esta parte del cuerpo de Cristo, para que de manera homogénea podamos crecer.

(20) Pero ahora son muchos los miembros, pero el cuerpo es uno solo.

(21) Ni el ojo puede decir a la mano: No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies: No tengo necesidad de vosotros.

(22) Antes bien los miembros del cuerpo que parecen más débiles, son los más necesarios;

Dígale al que está a su lado Herman@ yo te necesito.

Entiende de una buena vez, el Señor no te trajo para estar solo aquí sentado escuchándonos hablar y hablar y decir y exigir, el Señor te trajo con una razón, ¿crees que eres débil, que no te necesitamos, que no tienes nada que ofrecer? Bueno sorpresa la palabra de Dios dice que tu eres el o la más necesari@. Necesitamos que también te unas al cuerpo. Necesitamos que nos hagas falta cuando no estés.

III. Teniendo un mismo Sentir V 25-26

El objetivo de estos versículos es que entendamos nuestra importancia dentro del cuerpo de Cristo, no es para causar división ni desinterés por lo que hacen los demás o por los demás. Todo lo contrario, esto nos ayuda a no desear la posición del otro o las habilidades de otros. Somos únicos, irrepetibles, insustituibles, necesarios en Cristo.

No quiere decir esto que si el orgullo nos traiciona, la Iglesia se cae, no todo lo contrario el Señor la levanta con más fuerzas. Esto para que no haya discrepancias, diferencias, para que no seamos traicionados, más bien lo que quiere el Señor es que nos unamos de una manera tal que el dolor de uno de los miembros de nuestra Iglesia, sea realmente el dolor de todo el cuerpo, de toda la Iglesia.

Que así mismo como esto ocurre la felicidad de un miembro de nuestra Iglesia se traduzca en el gozo de toda la congregación.


IV. Un Miembro Particular. V 27-30

Ciertamente y como ya hemos visto cada uno de nosotros somos parte esencial de Cristo, sin lugar a altanería, vanagloria, eso lo dice la palabra de Dios. Nos explica de manera muy clara que no todos tenemos las mismas funciones, no fuimos llamados de la misma manera, ni con los mismos fines, cada uno de nosotros fuimos llamados de manera particular, para un labor en particular. No importa lo que pensemos o como creamos que nos miran los demás, estamos aquí porque Dios nos quiere de manera especial aquí para su obra.

No es que somos más importantes que nadie, es simplemente que para Dios somos importantes, por eso se toma la molestia de llamarnos por nuestros nombres y nos llama de manera que escuchemos y para un fin en particular.

Por eso dice el v 28 ¨ Y a unos puso Dios en la iglesia, primeramente apóstoles, luego profetas, lo tercero maestros, luego los que hacen milagros, después los que sanan, los que ayudan, los que administran, los que tienen don de lenguas¨

No va mencionando categorías de preferencias, sino que utiliza el mismo escalafón que nosotros le damos al gobierno de la Iglesia, pero lo real es que quizas el que sea maestro no tenga la capacidad de ser administrador, que el administrador no tenga la capacidad de cantar, que el cantante no pueda sanar. Por lo que todos los puestos son importantes y particulares.

- Una persona no puede hacerlo todo en una iglesia, un miembro no puede hacerlo todo en un cuerpo.

- Una iglesia no puede funcionar bien si sus miembros no trabajan, un cuerpo no puede andar bien si sus miembros no mantienen equilibrio.

- Una iglesia no puede crecer si solo una parte de sus miembros crecen, un miembro del cuerpo se atrofia (queda inservible) si no se utiliza.

V. El Mejor de los Caminos. V 31, 13:1-3

(31) Procurad, pues, los dones mejores. Más yo os muestro un camino aun más excelente.

13:1-3 Si yo hablase lenguas humanas y angélicas, y no tengo amor, vengo a ser como metal que resuena, o címbalo que retiñe. (2) Y si tuviese profecía, y entendiese todos los misterios y toda ciencia, y si tuviese toda la fe, de tal manera que trasladase los montes, y no tengo amor, nada soy. (3) Y si repartiese todos mis bienes para dar de comer a los pobres, y si entregase mi cuerpo para ser quemado, y no tengo amor, de nada me sirve.

En resumen todo lo que hagamos, todo para lo que fuimos creados, todo para lo que el Señor nos ha seleccionado, aun habiendo entendido nuestro propósito, aun habiendo hallado nuestro ministerio, aun habiendo descubierto nuestros dones, aun practicando como se debe nuestros ministerios, aunque estemos haciendo el mejor trabajo de todos, aun seamos los mejores en lo que hacemos. Aun con todas estas cosas si no mostramos amor por los demás, el amor de Cristo, el amor por el que somos salvos, el mismo amor que tiene el Señor para con nosotros, de nada me sirve.

Entonces revisemos nuestras vidas, encontremos aquello para lo que el Señor nos ha traído a su lado, hagámoslo y hagámoslo de manera excelente y mostremos el amor que Dios nos ha dado, a los demás.

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