A continuación transcribimos de forma íntegra, el mensaje predicado en la Iglesia Misión Bíblica, el domingo 7 de septiembre de 2008.
La elaboración de este mensaje surge a partir de la lectura de un devocional en el libro: Buenos días, Buenos amigos.
Recibiendo las bendiciones de Dios
Job 42:9-15
La mayoría de nosotros en algún momento ha visto programas como Primer Impacto o Al Rojo Vivo, que son shows televisivos que se dedican a explotar noticias sensacionalistas, casi siempre presentan casos que nos erizan la piel, y nos ponen a pensar en lo peor:Job 42:9-15
"Esposo mata a su esposa, a su hija de 8 meses y luego se suicida”
Cada día en la prensa escrita y televisiva encontramos noticias sobre asesinatos, familias divididas, divorcios entre famosos, calamidades económicas, actos de terrorismo, maltrato infantil, drogadicción, aumento del desempleo.
Hasta el meteorólogo pronostica: “parcialmente nublado”. Nunca dice: “Parcialmente soleado”. “Hay un 20% de probabilidad de lluvias”. Nunca dice: “Hay un 80% de probabilidades que el día sea soleado”
Vivimos en un mundo en el que las palabras gracia y bendición parecen haberse sacado del vocabulario, parecen haberse echado en el zafacón, para concentrarnos en los hechos que en realidad lo que hacen es entristecernos.
A partir del ejemplo ocurrido en la vida de Job, vamos a rescatar las palabras gracia y bendición y con la ayuda de Dios, vamos a aplicarlas a nuestras vidas.
1. El Señor ATIENDE nuestras oraciones (Vs. 8-9)
Llegó el momento en la vida de Job, en el que luego de escuchar todas las verdades que Dios le dijo, decidió humillarse, arrepentirse y se dio cuenta que solamente El tenia el poder de cambiar la situación, que solamente Dios podía permitir que esa prueba tan fuerte que estaba viviendo, diera un giro hacia una vida más bendecida.
Dice en el v.8 “a él atenderé”, el v.9 “aceptó la oración de Job”
El Senor atiende NUESTRAS ORACIONES.
A pesar de lo difícil de la situación que Job estaba viviendo, aun siendo un hombre integro, Job en ese instante reconoció su incapacidad de entender el porqué de la situación que vivía, en ese momento entendió que las cosas no dependían de el, sino de Dios.
La clave para recibir la atención de Dios, en medio de nuestras situaciones, es humillándonos delante de El, y comprendiendo que El tiene el control de todo.
Cada día en la prensa escrita y televisiva encontramos noticias sobre asesinatos, familias divididas, divorcios entre famosos, calamidades económicas, actos de terrorismo, maltrato infantil, drogadicción, aumento del desempleo.
Hasta el meteorólogo pronostica: “parcialmente nublado”. Nunca dice: “Parcialmente soleado”. “Hay un 20% de probabilidad de lluvias”. Nunca dice: “Hay un 80% de probabilidades que el día sea soleado”
Vivimos en un mundo en el que las palabras gracia y bendición parecen haberse sacado del vocabulario, parecen haberse echado en el zafacón, para concentrarnos en los hechos que en realidad lo que hacen es entristecernos.
A partir del ejemplo ocurrido en la vida de Job, vamos a rescatar las palabras gracia y bendición y con la ayuda de Dios, vamos a aplicarlas a nuestras vidas.
1. El Señor ATIENDE nuestras oraciones (Vs. 8-9)
Llegó el momento en la vida de Job, en el que luego de escuchar todas las verdades que Dios le dijo, decidió humillarse, arrepentirse y se dio cuenta que solamente El tenia el poder de cambiar la situación, que solamente Dios podía permitir que esa prueba tan fuerte que estaba viviendo, diera un giro hacia una vida más bendecida.
Dice en el v.8 “a él atenderé”, el v.9 “aceptó la oración de Job”
El Senor atiende NUESTRAS ORACIONES.
A pesar de lo difícil de la situación que Job estaba viviendo, aun siendo un hombre integro, Job en ese instante reconoció su incapacidad de entender el porqué de la situación que vivía, en ese momento entendió que las cosas no dependían de el, sino de Dios.
La clave para recibir la atención de Dios, en medio de nuestras situaciones, es humillándonos delante de El, y comprendiendo que El tiene el control de todo.
Comprendiendo que:
-El propósito de Dios está en marcha, y yono podemos impedirlo.
-Que el plan de Dios es increíble y no podemos comprenderlo.
-Que la amonestación de Dios es buena, y no debemos ignorarla.
-Que el camino de Dios es el mejor, y no debemos resistirlo.
Muchas veces, no vemos las cosas increíbles y especiales que Dios puede hacer en las personas con espiritus contritos y humillados, sin resentimientos, sin exigencias, sin esperar nada.
Anécdota tomada de Nuestro Pan Diario:
-El propósito de Dios está en marcha, y yono podemos impedirlo.
-Que el plan de Dios es increíble y no podemos comprenderlo.
-Que la amonestación de Dios es buena, y no debemos ignorarla.
-Que el camino de Dios es el mejor, y no debemos resistirlo.
Muchas veces, no vemos las cosas increíbles y especiales que Dios puede hacer en las personas con espiritus contritos y humillados, sin resentimientos, sin exigencias, sin esperar nada.
Anécdota tomada de Nuestro Pan Diario:
Blas Pascal, el brillante intelectual del siglo XVII, hizo significativas contribuciones en los campos de la ciencia y las matemáticas. Estableció las bases para el desarrollo de las calculadoras mecánicas y las modernas operaciones hidráulicas.
Cuando era joven, Pascal tuvo un profundo encuentro con Jesucristo. Esta experiencia le cambió la vida y le motivó a re-enfocar su estudio, de la ciencia y las matemáticas, a la teología.
Pascal escribió una extraordinaria oración que puede ayudar a todo creyente al enfrentar las tareas de la vida. La oración dice así: «Señor, ayúdame a hacer lo grandioso como si fuera algo pequeño, ya que lo hago con Tu poder; y lo pequeño como si fuera algo grandioso, ya que lo hago en Tu nombre».
Cuando era joven, Pascal tuvo un profundo encuentro con Jesucristo. Esta experiencia le cambió la vida y le motivó a re-enfocar su estudio, de la ciencia y las matemáticas, a la teología.
Pascal escribió una extraordinaria oración que puede ayudar a todo creyente al enfrentar las tareas de la vida. La oración dice así: «Señor, ayúdame a hacer lo grandioso como si fuera algo pequeño, ya que lo hago con Tu poder; y lo pequeño como si fuera algo grandioso, ya que lo hago en Tu nombre».
Actuemos de la misma forma que dice esa oración, demos el dominio de nuestras vidas a Dios.
REFLEXION: ¿Hemos comprendido nosotros la realidad del dominio de Dios en nuestras vidas? ¿Nos hemos humillado ante su poder?
2. El Señor RESTAURA nuestras vidas (Vs. 10)
Dice el verso que Jehová quitó la aflicción de Job, todo ese tormento que había vivido durante este largo tiempo había llegado a su fin, su vida había sido restaurada.
¡Qué momento tan impresionante!, luego de perderlo todo, de tener amigos juzgándolo todo este tiempo, de maldecir el día en que nació, llegó el anhelado momento de la restauración.
Quizás en este momento, muchos de nosotros estamos esperando ese momento en el que Dios quite esas aflicciones que estamos viviendo y que nos están carcomiendo, nos quitan el ánimo, el deseo de servir.
Te tengo una buena noticia, en este día, mediante el ejemplo de Job, podemos entender que:
- Vale la pena pedir perdón: Si hay algo que nos separa de Dios en este momento, acerquémonos, hablemos francamente con El, El nunca nos rechazará.
- Vale la pena esperar la justicia de Dios: Dios es un Dios de justicia. El hará que se cumpla, sino ahora, en la eternidad. Dios permitió que Satanás experimentara con Job hasta un punto, para luego recompensar a su siervo, y silenciar y desmentir de una vez por todas a Satanás.
REFLEXION: LA RESTAURACION VIENE DE LA MANO DEL PERDON Y LA JUSTICIA DE DIOS.
3. El Señor AUMENTA y MULTIPLICA lo que había antes (Vs. 10-11)
En el mismo vs.10, ahora dice: “y aumentó al doble todas las cosas que habían sido de Job”
Todas las posesiones de Job crecieron, ahora podía pararse frente a su ventana y ver cómo todo era mejor que antes, cómo la gente que se había alejado, ahora ha vuelto en masas, ¡La visita ya no cabía en la casa!, sus amistades y familiares también se habían multiplicado.
Estemos listos hermanos, para nosotros también recibir el aumento y multiplicación en nuestras vidas, no necesariamente tienen que ser materiales, también el Señor multiplica nuestras vidas espirituales, las cuales estarán repletas de la guianza y los designios de Dios para indicarnos el camino a seguir.
Cuando Dios multiplica y aumenta en nuestras vidas, es un tiempo muy bendecido, pero también es un momento en el que debemos cuidarnos de no perder el enfoque, no sea que nos pase como al hombre que cuenta la siguiente historia:
Anécdota tomada de Renuevo de Plenitud:
Había una vez un rey, que a pesar de su lujoso estilo de vida, no era feliz.
Un día, el Rey observó a un sirviente que cantaba alegremente mientras trabajaba. Esto fascinó al Rey, ¿por qué siendo él, el Supremo Soberano de la tierra, era tan desdichado y sombrío, mientras que en un humilde siervo había tanta alegría?. El rey preguntó al sirviente: "¿Por qué estás tan contento?"
El hombre respondió: "Su Majestad, yo soy nada más que un sirviente, pero mi familia y yo no necesitamos demasiado - sólo un techo sobre la cabeza y comida caliente para llenar nuestros estómagos".
El rey no quedó satisfecho con esta respuesta. Más tarde en el día, solicitó el asesoramiento de su consejero de más confianza. Después de escuchar al Rey hablar sobre sus quejas, pesares y la historia del siervo, el consejero dijo: "Su Majestad, creo que el sirviente nunca ha sido parte de El Club 99".
"El Club 99? Y qué es exactamente eso?" Preguntó el Rey.
El consejero respondió: "Su Majestad, para saber realmente lo que es el Club 99, usted debe colocar 99 monedas de oro en una bolsa y dejarla en la puerta de la casa del Sirviente."
A la mañana siguiente el sirviente vio la bolsa, la tomó y la llevó adentro de su casa. Cuando abrió la bolsa, dio un gran grito de alegría ... Cuantas monedas de oro!
Comenzó a contarlas todas. Después de varios intentos, quedó convencido de que había 99 monedas. Se preguntaba, "¿Qué podría haber ocurrido con la última moneda de oro? Seguramente, nadie dejaría 99 monedas!"
Buscó por todo lugar que pudo. Quizá se había extraviado, pero no la encontró. Finalmente, agotado, decidió que iba a tener que trabajar más que nunca para ganar que moneda de oro que le faltaba y completar las 100.
A partir de ese día, la vida de aquel el siervo cambió. Trabajaba en exceso, se tornó en un horriblemente gruñón, castigaba a su familia por no ayudarlo a ganarse la moneda de oro y dejó de cantar mientras trabajaba.
Testigo de esta transformación drástica, el Rey se mostró perplejo. Cuando él buscó de nuevo a su asesor, el asesor dijo: "Su Majestad, el siervo ahora oficialmente se ha sumado a El Club 99".
Él continuó, "Se le llama El Club 99 a las personas que tienen lo suficiente para ser feliz, pero nunca lo son, porque siempre estan anhelando y luchando por esa extra y última "moneda" , retipindose a sí mismos:
"sólo tengo que obtener esa última cosa y Entonces voy a ser feliz para toda la vida. " "o si yo tuviera ... o fuera ... entonces sería feliz para el resto de mi vida"
Había una vez un rey, que a pesar de su lujoso estilo de vida, no era feliz.
Un día, el Rey observó a un sirviente que cantaba alegremente mientras trabajaba. Esto fascinó al Rey, ¿por qué siendo él, el Supremo Soberano de la tierra, era tan desdichado y sombrío, mientras que en un humilde siervo había tanta alegría?. El rey preguntó al sirviente: "¿Por qué estás tan contento?"
El hombre respondió: "Su Majestad, yo soy nada más que un sirviente, pero mi familia y yo no necesitamos demasiado - sólo un techo sobre la cabeza y comida caliente para llenar nuestros estómagos".
El rey no quedó satisfecho con esta respuesta. Más tarde en el día, solicitó el asesoramiento de su consejero de más confianza. Después de escuchar al Rey hablar sobre sus quejas, pesares y la historia del siervo, el consejero dijo: "Su Majestad, creo que el sirviente nunca ha sido parte de El Club 99".
"El Club 99? Y qué es exactamente eso?" Preguntó el Rey.
El consejero respondió: "Su Majestad, para saber realmente lo que es el Club 99, usted debe colocar 99 monedas de oro en una bolsa y dejarla en la puerta de la casa del Sirviente."
A la mañana siguiente el sirviente vio la bolsa, la tomó y la llevó adentro de su casa. Cuando abrió la bolsa, dio un gran grito de alegría ... Cuantas monedas de oro!
Comenzó a contarlas todas. Después de varios intentos, quedó convencido de que había 99 monedas. Se preguntaba, "¿Qué podría haber ocurrido con la última moneda de oro? Seguramente, nadie dejaría 99 monedas!"
Buscó por todo lugar que pudo. Quizá se había extraviado, pero no la encontró. Finalmente, agotado, decidió que iba a tener que trabajar más que nunca para ganar que moneda de oro que le faltaba y completar las 100.
A partir de ese día, la vida de aquel el siervo cambió. Trabajaba en exceso, se tornó en un horriblemente gruñón, castigaba a su familia por no ayudarlo a ganarse la moneda de oro y dejó de cantar mientras trabajaba.
Testigo de esta transformación drástica, el Rey se mostró perplejo. Cuando él buscó de nuevo a su asesor, el asesor dijo: "Su Majestad, el siervo ahora oficialmente se ha sumado a El Club 99".
Él continuó, "Se le llama El Club 99 a las personas que tienen lo suficiente para ser feliz, pero nunca lo son, porque siempre estan anhelando y luchando por esa extra y última "moneda" , retipindose a sí mismos:
"sólo tengo que obtener esa última cosa y Entonces voy a ser feliz para toda la vida. " "o si yo tuviera ... o fuera ... entonces sería feliz para el resto de mi vida"
Cuando Dios multiplica, debemos estar conformes con el trabajo que ya El ha realizado, seamos agradecidos de todas esas cosas que vienen a partir de su obra en nuestras vidas, no seamos del grupo de personas que nunca están contentas con lo que Dios le ha dado. Job dijo en un momento: Dios dio, Dios quitó, sea su nombre bendito, y miren cómo Dios obró en su vida.
REFLEXION: ¿Estamos contentos con lo que ha hecho Dios en nuestras vidas? ¿Estamos conscientes que en cualquier momento Dios puede abrir sus manos y darnos de acuerdo a sus riquezas en gloria?
4. El Señor BENDICE nuestras vidas (Vs. 12-15)
¿A quién bendijo Dios? A Job. Esto es una noticia maravillosa. El mismo que maldijo el día que nació, que había lamentado no haber muerto en el pecho de su madre, el que dijo No estoy bien, no estoy tranquilo. Ese mismo Job es bendecido maravillosamente al final del libro. Se multiplicaron sus ovejas, camellos, bueyes, asnos, tuvo hijos e hijas preciosas, pudo ver hasta sus biznietos.
De esa misma manera que Job fue bendecido, Dios está dispuesto a bendecirte hoy, El quiere que sepas que tú tienes un rango especial, eres su hijo.
Anécdota tomada de Renuevo de Plenitud:
REFLEXION: ¿Estamos contentos con lo que ha hecho Dios en nuestras vidas? ¿Estamos conscientes que en cualquier momento Dios puede abrir sus manos y darnos de acuerdo a sus riquezas en gloria?
4. El Señor BENDICE nuestras vidas (Vs. 12-15)
¿A quién bendijo Dios? A Job. Esto es una noticia maravillosa. El mismo que maldijo el día que nació, que había lamentado no haber muerto en el pecho de su madre, el que dijo No estoy bien, no estoy tranquilo. Ese mismo Job es bendecido maravillosamente al final del libro. Se multiplicaron sus ovejas, camellos, bueyes, asnos, tuvo hijos e hijas preciosas, pudo ver hasta sus biznietos.
De esa misma manera que Job fue bendecido, Dios está dispuesto a bendecirte hoy, El quiere que sepas que tú tienes un rango especial, eres su hijo.
Anécdota tomada de Renuevo de Plenitud:
Se dice que en cierta ocasión el Emperador Napoleón I se encontraba delante de un grupo de soldados, cuando de repente su caballo se desbocó; entonces un soldado raso se lanzó hacia el caballo, y, cogiendo el freno del caballo, pudo pronto detenerlo.
Se dice que Napoleón saludó al soldado raso y le dijo: “Gracias, mi capitán”. El soldado se sorprendió al oir a Napoleón decirle "capitán", pues él era un simple soldado raso, pero inmediatamente pensó que se encontraba delante de Napoleón, y que si él quería, podía hacerlo capitán.
Así que, saludó a su Emperador y le preguntó: “¿De qué regimiento, mi Emperador?” El emperador le contestó: "De mi guardia personal."
Aquel soldado raso se presentó como capitán ante el jefe de la guardia personal de Napoleón; el oficial, viéndolo con uniforme de soldado raso, le preguntó: "¿Capitán, por órdenes de quién" - "Por órdenes de mi Emperador, Napoleón I."
En ese momento dejó de ser soldado raso y llegó a ser capitán. Si este soldado raso no hubiese tenido fe, hubiera dicho: "Mi Emperador me dice capitán, pero yo no soy más que un soldado raso. Por el susto que le dio el caballo, se equivocó y me dijo capitán", y se hubiera ido a tomar su lugar y habría permanecido soldado raso toda su vida.
Todos nosotros por naturaleza somos hijos de desobediencia, pero Dios en su infinito amor e infinita misericordia quiere hacernos sus hijos, y quiere bendecirnos con las bendiciones que vienen de lo alto.
Desde el principio, Dios nos ha manifestado claramente su deseo de bendecirnos y prosperarnos. No sólo nos ofrece vida eterna a través de su Hijo Jesús, sino que la Biblia está llena de generosas y abundantes promesas que podemos empezar a disfrutar ahora, si así lo decidimos.
Dios quiere bendecirnos con su provisión y satisfacer todas nuestras necesidades según sus riquezas en gloria. El quiere derramar de su favor sobre nosotros y hacer prosperar la obra de nuestras manos. Todos estos son regalos de Dios y tienen la intención de acercarnos cada vez más a El.
Dios es bueno y sabe dar buenas cosas a quienes le buscan diligentemente. “Porque todo aquel que pide, recibe; y el que busca, halla; y al que llama, se le abrirá”, ha dicho el Señor.
Alguien dijo:
“La gratitud silenciosa no le sirve de mucho a nadie”
Seamos agradecidos de Dios, por las bendiciones que hemos recibido, hasta por las que hemos de recibir, demostremos al mundo que los hijos de Dios vivimos bendecidos. ¡Que lo escuchen en todo lugar! ¡SOY HIJO DE DIOS: SOY BENDECIDO!
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